martes, 1 de septiembre de 2015

Bête, de Adam Roberts

Bête. Adam Roberts. 2014

Bête es una novela de ciencia ficción del autor británico Adam Roberts. La última obra que leí de él fue su antología Adam Robots.

Es una lástima que las únicas novelas de Roberts que se hayan traducido al castellano sea unas bobas parodias tales como Star Warped: La juerga, Matrix Chifleaded, El congrio DaVinci y el Jobit. Ni siquiera se que significa congrio.

No voy a afirmar que soy un experto en la obra de Roberts, pero de sus quince novelas publicadas con esta he leído cinco de ellas y me han dejado un buen sabor de boca, recomiendo especialmente Jack Glass y By light alone, aunque considero a Bête una obra superior a estas. 

La premisa de Bête no es novedosa y su nombre puede telegrafiar un poco hacia donde se dirigen los golpes, pues los protagonistas de la obra son los animales.

En el futuro próximo, un grupo de ecologistas con más iniciativa que cerebro desarrollan un chip del tamaño de un arroz, que se incrusta en la garganta de los animales desarrollando conexiones hacia el cerebro, permitiendoles hablar.

Estos chips se conectan al Internet y fingen hablar, el problema de esto es que eventualmente los animales si desarrollan su capacidad cerebral, bueno, problema para los humanos. Estos animales son llamados Bêtes.

El protagonista de la novela es un granjero británico llamado Graham, a quien observamos conversar con una vaca al principio de la novela. De forma jocosa, el animal le pide a Graham que al menos le haga una prueba de Turing antes de sacrificarla.

Matar Bêtes o retenerlos contra su voluntad se convierte en un delito y nuestro protagonista pierde su granja, por lo que se ve obligado a convertirse en un carnicero itinerante. Repetiré eso, un carnicero itinerante. El mundo cambia bastante gracias a este fenómeno y la humanidad se prepara para afianzar su posición como depredador ápice en el planeta.

Me imagino a Adam Roberts leyendo Rebelión en la granja y pensando "que pasaría si no fuera una metáfora, si realmente hablaran y se tratara a los animales como ciudadanos y se les diera derechos". ¿Qué clase de problemas aflorarían? ¿Cual sería la respuesta de los gobiernos?

Este libro no es una apología vegana, predicando en contra del genocidio que cometemos contra los animales diariamente. Tampoco es una burla. Es algo a medio camino, una farsa, cómica en ocasiones, oscura todo el tiempo.

Roberts es un autor muy interesante, que genera buenas ideas. Pero le falla el desarrollo de personajes, siempre son muy agrios o lejanos o snobs. Esto no es el caso de Bête, Graham es un hombre normal, demasiado normal quizá, y su dolor es humano, aunque su actitud tienda un poco a la misantropía.

Puedo decir sin sonrojarme que estilisticamente esta es la mejor novela de Roberts, y la recomiendo a los lectores que deseen leer ciencia ficción fuera de lo común. La cereza en el pastel es ese final tan bestial (Já, pun intended)



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