martes, 6 de julio de 2010

'Los hijos de Anansi', de Neil Gaiman

 Los hijos de Anansi. Anansi Boys. Neil Gaiman. 2005

"Gordo Charlie se quedaba a veces sentado en su mesa mirando por la ventana, viendo cómo se estrellaban contra el cristal las gotas de lluvia, una lluvia gris y sin amor. En esas ocasiones, le gustaba imaginarse en alguna playa tropical, contemplando el romper de las olas frente a un mar de un azul inverosímil desde una dorada alfombra de arena. 

A menudo se preguntaba si la gente que había en aquella imaginaria playa, observando el vaivén de la blanca espuma de las olas, escuchando el canto de las aves exóticas que poblaban las palmeras, se preguntaba, decía, si aquellas personas soñarían alguna vez con estar en Inglaterra, viendo caer la lluvia por la ventana de un despacho del tamaño de un armario en un quinto piso, lejos de la monotonía de aquella arena como polvo de oro y del aburrimiento mortal de un día tan odiosamente perfecto que no se dejaba combatir ni con un cremoso cóctel con un generoso chorro de ron y una roja sombrillita de papel. Aquello le reconfortaba."


Para el protagonista del libro, Charles Nancy, la vida es solo una larga cadena de desafortunados eventos y vergonzosas coincidencias. Un aciago día, su padre le llamó Gordo Charlie, después de eso, nadie se molesto en recordar su nombre, aún cuando Gordo Charlie tenia una constitución normal. Lo que su padre nombraba, permanecía de esa manera.

Harto de las bromas y travesuras de su padre, Gordo Charlie viaja desde Florida E.U.A. hasta Londres, para iniciar una nueva vida. Pasando de un gris empleo a otro, Gordo Charlie encuentra algo de estabilidad en la firma contable Grahame Coats, una firma especializada en llevar las finanzas de los famosos británicos.

Su jefe y dueño de la compañía, Grahame Coats, lo apabulla y maltrata con la finalidad de que Gordo Charlie renuncie, Gordo Charlie tiene 18 meses en la firma de Coats, y es el empleado que más tiempo ha trabajado ahí. La única luz al fondo del túnel para Gordo Charlie es su prometida, Rosie, una dulce e inocente chica.

Lo que ignoraba Gordo Charlie, era que su padre es el Dios Anansi, el dios araña africano. Un Dios bromista y travieso, el cual era reverenciado y odiado a partes iguales por todos los demás dioses menores.

Gordo Charlie recibe una llamada desde Estados Unidos, una vecina de su familia, la señora Higgler le comunica que su padre murió, y debe asistir a su funeral. Al terminar esté, comienzan a charlar de los tiempos pasados, sale a relucir el tema del hermano perdido de Gordo Charlie, cosa que el niega, pues no recordaba tener ningún hermano gemelo. 

Las ancianas vecinas de su familia le explican a Gordo Charlie la verdadera naturaleza de su padre, y el hecho de que su hermano gemelo haya heredado todos sus poderes, y él ninguno. La señora Higgler le confiesa la forma de hacerle llamar, solo debe hablar con cualquier araña pidiéndole que le haga llegar el mensaje a su hermano.

Eventualmente, Gordo Charlie se atreve, y al día siguiente llega una versión atlética, cautivadora y seductora del él mismo. Araña, su hermano, lo invita a cenar y recordar a su difunto padre de la manera en que a él le hubiera gustado, con vino, mujeres y canciones.

Después de la parranda, Gordo Charlie despierta con una mujer desnuda a su lado. Ademas, descubre que su hermano lo esta personificando en el trabajo, con funestas consecuencias. Y eventualmente Araña le roba a su novia.

Al intentar despedirlo a Araña, confundiendolo con Gordo Charlie, este amenaza a Grahame Coats de revelar sus fraudes financieros, por lo que Coats le invita unas vacaciones con gastos pagados, para poder realizarle una jugarreta. 

Gordo Charlie tiene que utilizar todos los recursos disponibles para reconstruir su vida, recuperar a su novia y deshacerse de su molesto hermano.


Esta novela de Neil Gaiman lo confirma como uno de los mejores escritores dentro de la literatura fantástica británica. Si ya había sorprendido con la calidad estilística de su novela anterior American Gods, Los hijos de Anansi es literatura de un humor muy negro, y tiene retazos de fantasía muy amena y digerible.

Al igual que el Dios Anansi, Gaiman juguetea con el lector, logra poner al protagonista en situaciones muy abochornantes, que logran provocar pena ajena. En la novela se mezclan cuentos mitológicos, literatura costumbrista y novela detectivesca. Con situaciones completamente inverosimilies, siempre de una forma graciosa e ingeniosa.

Resumen: Los hijos de Anansi es fantasia atípica e ingeniosa, ligera en contenido y longitud. De ácido y flemático humor ingles. Otra excelente novela de Neil Gaiman.

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